A 20 años de la partida de Avalon…

Con la intencionalidad de mantener viva la memoria combativa contra quienes saquean la tierra es que en la Biblioteca Anárquica Nihil Sebastián Oversluij Seguel decidimos proyectar el documental Si un árbol cae (If a tree falls) ayer 21 de diciembre, exactamente a 20 años de la partida del compañero Avalon, también conocido como William Rodgers.

El documental cuenta la historia de una célula del Frente de Liberación de la Tierra en EE.UU. a través de distintas personas, pero principalmente siguiendo el testimonio del compañero Daniel McGowan quien fue arrestado en la Operación Backfire del FBI en diciembre del 2005. Fue en el marco de ese mismo operativo en el que fue detenido Avalon el 7 de diciembre del mismo año. Y si bien todo el proceso judicial posterior estuvo marcado por delaciones y traiciones entre quienes se habían prometido no cooperar con el poder, Avalon no alcanzó a experimentar nada de eso pues decidió escapar de la cárcel y de este mundo 13 días después de su detención. Antes de partir dejó las siguientes palabras:

A mis amigxs y a quienes me han apoyado, para ayudarles a darle sentido a todas estas situaciones que han sucedido tan rápido: Ciertas culturas humanas han estado llevando una guerra contra la Tierra por milenios. Elegí pelear del lado de los osos, de los pumas, de los zorrillos, de los murciélagos, de los cactus saguaros, de las rosas purshia, y de todas las cosas salvajes. Soy simplemente la baja más reciente en esta guerra. Pero esta noche escapé de prisión – estoy volviendo a casa, a la Tierra, al lugar de mis orígenes.

– Bill, 21 de diciembre, 2005

Por su parte, Daniel McGowan escribió las siguientes palabras para el segundo aniversario de la partida de Avalon y publicadas en la revista Earth First! Journal, entrega de Noviembre-Diciembre 2007:

21 de diciembre, 2007

Ésta es una eulogia, con un atraso de dos años, para mi amigo William Rodgers — conocido para sus amigos, familia y el movimiento como Avalon. Avalon tomó su vida el 21 de diciembre del 2005. Esto fue solo dos semanas después de nuestras detenciones en el marco de la Operación Backfire y, no por coincidencia, en solsticio de invierno. En su ausencia, mucho se ha especulado sobre su rol en nuestro grupo del Frente de Liberación de la Tierra (ELF). Para sorpresa de nadie, los fiscales del caso lo caracterizan como un líder que reclutaba a activistas jóvenes e influenciables para seguir su voluntad. Esto no solo es falso, sino también insultante para las personas más jóvenes del caso que se involucraron por su propia voluntad. Lxs delatorxs en este caso han usado su incapacidad de responder para maximizar dramáticamente el rol de él en ciertas acciones en un intento de disminuir las consecuencias de sus propias acciones. Una persona llegó al punto de entregar evidencia en video y un testimonio al juez que aún no se han hecho públicos porque se consideró demasiado personal para la exposición pública. Otrxs en los márgenes han decidido enfocarse en los defectos de Avalon esparciendo rumores o incluso al hablar con los investigadores privados contratados por lxs delatorxs.

Conocí a Avalon por primera vez en los meses que antecedieron a las protestas contra la Organización Mundial de Comercio (WTO) en Seattle a fines de 1999 y desarrollamos instantáneamente una amistad. Su pícara sonrisa, afable y cálida personalidad y humildad me impresionaron, y me alegró ver que este callado y más viejo personaje estaba dispuesto a más cosas que asistir a las reuniones del Earth First! en las que lo vi por primera vez. Su racionalidad y pensamiento rápido evitaron el desastre en nuestro grupo de afinidad durante las protestas de Seattle (debo decir con orgullo que formamos parte del Black Bloc). Recuerdo específicamente estar listo para irme de Seattle y escuchar su sugerencia de “seguir en contacto”. Bueno, seguimos en contacto. Mucho se ha dicho de lo que hicimos en los años posteriores, pero eso se contará en otro momento.

Como muchxs de nosotrxs, Avalon sufría de depresión y desesperanza, avivada por la comprensión de lo que nuestra especie le está haciendo al planeta. Vivir clandestinamente, sortear detalles de acciones planificadas y vidas dobles, y romper con muchas de las cosas a las que nuestrxs aliadxs de movimiento tenían acceso es estresante. Lo sé porque yo lo hice, y aún así la experiencia de Avalon en esa vida clandestina es mucho mayor que la mía. No puedo evitar pensar que este aislamiento y desesperanza fueron factores determinantes en su suicidio. Seguimos adelante, pero la cruel mano del pasado —en la forma de viejxs amigxs y un Escuadrón Conjunto Antiterrorista— nos arrastró nuevamente a nuestras historias secretas. Quizás para Avalon, fue la gota que colmó el vaso. Nunca lo sabremos con seguridad. Recuerdo ver su nombre en una lista de arrestadxs en un artículo del New York Times mientras estaba sentado en una cárcel de la ciudad de Nueva York. Me dio un poco de esperanza — pensé que podríamos pelear contra todas estas acusaciones juntxs, como un grupo de personas que habían tenido una solidaridad de toda la vida entre nosotrxs, como personas que cumplirían los juramentos que se hicieron entre ellxs. A veces, estoy acostado de noche haciéndome las preguntas que intento evitar: ¿Podría Avalon haber resistido la marea de delatamientos? ¿Habría sido él la persona que, al conocer a algunxs de lxs delatorxs por mucho más tiempo que yo, podría haberles alcanzado — más allá de sus miedos hasta su esencia? Nunca sabré estas respuestas, pero sí sé esto: Avalon hubiese preferido morir y escapar de la cárcel que cooperar en cualquier manera con este proceso inmoral e injusto.

La fiscalía, cuyo conocimiento se limita a lo jerárquico y burocrático, no puede concebir un grupo sin un líder, un orden piramidal y reglas estrictas. Sin Bill acá para discutirles y porque era mayor que todxs nosotrxs, encontraron a su titiritero. De repente, el llamado “club de lectura” fue una invención suya y se le consideró una “escuela de entrenamiento para el incendio premeditado”. Meyerhoff y Gerlach, como lxs tremendxs traidores que son, tuvieron la audacia de decir que Avalon cometió el incendio de Vail completamente solo. Solamente con leer sobre la geografía del centro de esquiar, las grandes cantidades de combustible que se ocuparon y el delgado físico de Bill me hicieron reír con amargura ante estas mentiras. De alguna manera, es la forma de jugar el juego según lxs delatorxs. El gobierno les dice lo que quiere escuchar, y lxs testigxs colaboracionistas saltan a través de los aros como las mascotas bien entrenadas que son. Para ser clarxs, todas las personas involucradas en estas acciones y el “club de lectura” son personas como tú y yo. Tenemos habilidades —algunxs destacamos en unas, otrxs en otras. Sin embargo, no había una jerarquía formalizada como insinuó la fiscalía, y William Rodgers no era un mandamás o un líder del ELF.

Avalon, como todxs nosotrxs, tenía defectos y cometió errores, tanto personales como políticos, en la manera en cómo vivió su vida y en cómo resistió la destrucción ambiental. Nuestro grupo intentó lidiar con una de estas áreas —una acusación de mal comportamiento sexual— y lamento decir que fallamos, por no contar con las ideas y estrategias correctas. Es demasiado fácil mitigar la culpa por nuestras propias falencias atacando a otrxs. Creo que es una mejor idea enfocarnos en lo que estamos haciendo en este mundo, en vez de criticar a personas que no están aquí para defenderse a sí mismas. Pensaba en esto a menudo en los tribunales cuando miraba a mi familia, viendo las miradas doloridas de sus rostros mientras escuchaban los ataques hacia mí. La familia de Bill y su pareja han tenido que soportar muchísimo sufrimiento en los últimos dos años.

Así que cuando pienso en Avalon, no creo en el despliegue mediático escupido por los agresivos y obtusos fiscales. No, pienso en una cariñosa persona de voz suave que se sacaría la polera y te la entregaría para sacar a una serpiente del camino; un reciclador ávido e incluso obsesivo; alguien que apoyaba las luchas indígenas y realmente entendía la conexión entre las culturas basadas en la Tierra y la acción ecológica. Sabía que Avalon estaba involucrado en la lucha contra el telescopio de Mount Graham, pero fue solo después de su muerte que supe que él y su infoshop, The Catalyst, apoyaron la campaña para proteger la Sierra de San Francisco (ver Earth First! Periódico Mayo-Junio 2005).

Cuando el delator Jacob Ferguson grabó una conversación conmigo a través de una intervención en 2005, le pregunté cómo estaba Avalon. Me mintió (¡vaya sorpresa!) y me dijo que Avalon estaba feliz y vivía en una comunidad intencional en Canadá. Recuerdo haberme sentido muy feliz por él esperando encontrármelo de nuevo algún día, pero por razones distintas por las que nos vimos la última vez.

Avalon se ha ido ya hace dos años, y aún no es real para mí. Dado que no lo he visto desde hace años, no puedo asimilarlo sin alterarme. Sí, unx de lxs nuestrxs nos traiconó, y esa acción causó la muerte de mi amigo. ¿Cómo reconciliarme con la verdad? No tengo una buena respuesta excepto decir que necesitamos hablar de estas cosas y confrontar la muerte en nuestro entorno. Debemos llorar la muerte de nuestrxs amigxs. Por sobre todo, no podemos olvidar. Esta es mi contribución para nunca olvidar a William Rodgers: ambientalista radical, activista del ELF, amante de las cuevas y un hombre dulce y amable. Te extraño, amigo.

Ambos textos fueron traducidos por quienes integramos la Biblioteca y leídas en el conversatorio posterior a la proyección para ser un eco permanente de las palabras de compañerxs. ¡Por la liberación total y destrucción de todas las cárceles!

Biblioteca Anárquica Nihil Sebastián Oversluij Seguel

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